De construcción muy sencilla y sin ninguna característica especial constaba de una nave rectangular con tejado a dos aguas y espadaña sobre el muro de la fachada principal en la que pequeña y cantarina campana anunciaba con sus sonidos los oficios religiosos accionada mediante una larga cuerda que penetraba por un orificio del techo al interior de la Ermita.
La capilla principal estaba situada al fondo de la nave en la que una antigua imagen de la Virgen de los Desamparados presidía como titular el pequeño y entrañable templo en cuyo altar se celebraba misa solemne los domingos.
En el muro recayente al sur había dos ventanas intercaladas con unas capillitas ocupadas por unas pequeñas imágenes de San Agustín y San Pascual y a la derecha de San José y de San Roque.
En el reducido hueco que existía debajo del altar se conservaba durante el año una pequeña imagen de la Virgen yacente llamada popularmente "la mare de Deu d´agost" a la que siendo niños las personas mayores del barrio que todavía viven, veían en la procesión del mes de agosto, acompañada de san Roque -santo de mucha devoción en todos los pueblos de la Ribera-...
En el ángulo izquierdo del altar había un viejo armonium regalado por las monjas terciarias capuchinas del convento de Quart de Poblet allá por los años veinte.
Por el lado opuesto, y con una gran estrechez, se entraba a un pequeño espacio detrás del altar empleado como sacristía, donde se guardaba el palio, la cruz procesional y los fanales para acompañar al santísimo en los viáticos y además donde se vestía el cura para celebrar los oficios.
Los fieles se acomodaban en bancos de madera y sillas con asiento de enea que algunos vecinos al mando de Doloretes procuraban mantener blancas y limpias a fuerza de "terreta y lejía".
La Ermita de nuestra crónica fue construida bajo la dirección del maestro albañil Melchor Doménech, abuelo por lónea materna de Melchor Torres Doménech de grato recuerdo, vecino de nuestro barrio al que apodaban "Chora", abreviatura del de su madre Carmen Domenech, conocida como "Melchora" debido a su padre.
Por datos publicados oficialmente, el 20 de mayo del año 1798 se colocaba en el altar la imagen de la Virgen de los Desamparados como titular de la Ermita, lo que atestigua que la construcción de la Ermita tuvo lugar a finales de la última década del siglo XVIII.
Artículo basado en un artículo de Don Juan Castaño del periódico Nazaret.
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