Hace más de veinte siglos, el emperador de Roma, en su deseo de
controlar, someter y recaudar el tributo decidió hacer un censo de todos
los ciudadanos del imperio, sometidos a su poder. Entre ellos
se encontraba una joven pareja de Nazaret que, a pesar del avanzado
estado de gestación de la muchacha, tuvo que desplazarse hasta Belén.
Y es que esta chica, que se llamaba María, se había quedado embarazada,
con apenas quince años; y a pesar de la fuerte amenaza de ser repudiada
y brutalmente apedreada, hasta la muerte, como mandaba la ley, encontró
amparo y comprensión en su compañero José, que en vez de despedirla en
secreto, como había pensado al principio, decidió acogerla y hacerse
cargo de ella y también de la criatura. María y José no tenían
su situación en regla, así que el Niño tuvo que nacer en una covacha (…)
como siempre nacen los hijos de los pobres El caso es que, una
vez llegados a Belén, al no tener su situación en regla, ni disponer de
dinero, ni influencias, aquel Niño tuvo que nacer en una covacha que
había a las afueras de la ciudad, rodeado de carencias y de inseguridad…
Como siempre nacen los hijos de los pobres. Este es el
sencillo relato de lo que se ha convertido, para nosotros, en el
acontecimiento más grande de este mundo. Y ello, porque creemos que
precisamente en este Jesús, hijo de María, es donde Dios asume la
condición humana y el hombre recibe la dignidad divina. Más
adelante, quiso llamarse el hijo del carpintero cuyo oficio aprendió y
ejerció la mayor parte de su vida, hasta que un día sintió una fuerte
llamada que le llevó a dejar el taller para hacerse educador de calle… y
empezó a buscar entre sus paisanos (que estaban hartos de una sinagoga
llena de letrados y profesionales de la religión) gente sana que le
ayudara a elaborar su proyecto de fin de carrera que, según él,
consistía en un programa de fraternidad tan auténtico y universal que
mereciera hacerse eterno en el Reino de los cielos; y en ello estamos,
después de veinte siglos. Sin embargo, como en la primera
Navidad, hoy los poderosos siguen dominando el mundo. Los políticos, los
banqueros, los especuladores financieros… nos siguen sometiendo, por
decreto, a todo tipo de recortes, desahucios o impuestos abusivos. Hasta Dios mismo es para este sistema y los que lo sustentan una posible fuente de ingresos
En definitiva, seguimos siendo víctimas de la gran idolatría del dinero
que produce cada vez más injusticias, hambre, paro y desigualdad… y que
humilla y envenena cada día más nuestro entorno y nuestra tierra.
Y lo más grave es, que a este sistema y a los que lo sustentan, solo
les interesa sacar provecho de todo lo humano y lo divino; hasta el
punto de que Dios mismo, para ellos, no es otra cosa que una posible
fuente de ingresos. Por eso, en estas fechas, se hace el paripé
de celebrar la Navidad cristiana, pero no cristianamente, sino
comercialmente; con lo cual se está intentando someter, una vez más, el
Dios de la vida a la insoportable presión del dios dinero. La Navidad es sinónimo de vida, nacimiento y creación.
Lo cual supone, para nosotros, una toma de conciencia de las graves
situaciones de vida amenazada y degradada que estamos padeciendo. Que sepamos celebrar lo que hay que celebrar: la noticia de que hay otro mundo mejor… y que además es posible Y debe ser también, un compromiso de estar más atentos al incesante clamor de los pobres y al grito estremecido de la tierra.
Todo lo cual, nos debe llevar a iniciar una vida más sencilla, más
racional y más solidaria , o sea, que lucha con otros por el
reconocimiento eficaz , y a veces, hasta jurídico de nuestros derechos; a
cuidar nuestra tierra para que pueda germinar el trigo, el vino y el
aceite que permita paliar el hambre y la sed que padecen tantos hombres y
mujeres hermanos nuestros. Que sepamos celebrar lo que hay que
celebrar, y no otra cosa, con la alegría de la Buena Noticia que
gritaron los pastores en la noche palestina; la noticia de que hay otro
mundo mejor… y que además es posible. Feliz Navidad para todos. Parroquias del Arciprestazgo de Cartuja Granada Extraído de: http://www.redescristianas.net/2012/12/07/carta-de-navidadarciprestazgo-de-cartuja-granada/
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