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PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS.
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domingo, 10 de julio de 2011

DOLORETES "LA BARQUERA"

En este artículo vamos a recordar a Doloretes, una de las personas que pertenecía a la Parroquia, antes de que se fundara, que ya es decir, y como dato curioso reseñar que esta mujer participaba de las fiestas del barrio, ya iniciando esa buena relación de la Parroquia con las entidades del barrio.
Según dicen era una mujer que lo de los cristianos en la vida pública lo ponía en práctica ya allá por los años veinte. Una mujer creyente y que prestó sus servicios a la parroquia desde joven hasta muy mayor. Vamos, una cristiana comprometida con su parroquia toda la vida.

Ella, entre otras cosas, era la encargada de la custodia y atención de la ermita. Su nombre era Dolores Martínez Arnau, vecina del barrio y popularmente conocida como "Doloretes la barquera".
La causa de ostentar tan navegante apodo fue debido a pertenecer a una familia que desde el siglo XIX, se dedicaba a ayudar a la gente a cruzar el cauce del río en una barca de Nazaret a Cantarranas, por el lugar donde años después construyeron el puente de hierro desaparecido en la riada de 1949.
"Doloretes" fue una mujer que prácticamente dedicó toda su vida al servicio de la ermita y para desmontar tópicos decir que "Doloretes" participaba en sus tiempos jóvenes en todas las fiestas religiosas y paganas que se montaban en el barrio. Ella solía decir que "en la viña del Señor se criaba de todo" y "que en todos los lugares se encontraba Dios y un alma a la que evangelizar". De buen recuerdo son los disfraces que solía ponerse en Carnaval, le encantaba disfrazarse.
Los que la conocieron de joven aseguran que bailaba tan bien como rezar sabía. De cuerpo menudo pero de genio fuerte nunca se amilanó para plantarle cara al lucero del alba si era preciso.
Fue el alma mater que capitaneaba las fuerzas para que las fiestas de la Virgen no decrecieran.
Aparte del cuidado de la ermita que compartía con su inseparable amiga Pepeta Sanjuan, la "Chala" (otro día hablaremos de ella), era la encargada de abrirla los domingos, único día que se celebraba misa.
Excepto los días de fiesta y procesión que se encargaban los mozos del pueblo del volteo de la campana, el resto del año estaba a su cargo haciéndola sonar estirando de la cuerda que bajaba hasta el interior de la ermita.
Otra de las obligaciones que tenía cuando terminaba la misa del Domingo era recorrer el poblado con una "coixinera" pidiendo de puerta en puerta "la voluntat per a la festa". Era como una hormiguita que no reparaba en sacrificios ni rechazaba cualquier donativo por modesto que fuera, explicando la filosofía de que "tota pedra fa paret".
Decía que no le faltaron pretendientes pero se quedó soltera igual que su amiga Pepeta, para mejor servir a la Virgen de los Desamparados de la que era fiel devota, aunque repartiendo su devoción con San Roque.
Cuando la ermita fue convertida en Parroquia continuó con su labor e incluso llegó a conocer el nuevo templo, donde continuó su labor hasta que falleció un 2 de enero del año 1962 a la edad de 86 años.

GRACIES DOLORETES, GUARDA A LA TEUA PARROQUIA DESDE EL CEL.

BASADO EN UN ARTíCULO ENCONTRADO EN EL PERIÓDICO NATZARET.

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