NTRA.
SRA. DE LOS DESAMPARADOS DE NATZARET
Como
Jesús en el Evangelio, que invoca a Dios Padre por los futuros
creyentes de las futuras generaciones, aquí estoy yo, Madre, en esta
tarde, para presentarte a tus hijos parroquianos.
Quiero
orar por ellos: Que se empeñen en vivir como hermanos y hermanas,
que se acepten, que no busquen sobresalir, unos sobre otros, ni
rivalizar ni imponerse… sino mutuamente ayudarse, comprenderse y
apoyarse.
-
Esta tarde, Madre Mía, he venido en romería, para presentarte a
un barrio entero que te tiene devoción: Nazaret; un barrio, que
conoces bien, porque te paseas por sus calles todas las primaveras, y
más en ésta, por el 75 aniversario de tu presencia en medio de tus
hijos devotísimos.
Tus
ojos, admiran y contemplan pasar a todos sus habitantes, como por
ejemplo, todas
las
mujeres, Patrona
nuestra, intercede por ellas, especialmente, por las más
indefensas
que, a través de su trabajo buscan un futuro mejor para sus hijos y
para sí mismas, te traigo en esta Eucaristía, a tantas mujeres, que
son el sostén de sus familias, y que descubrimos en la acogida de
caritas: tantas abuelas que sostienen con su economía, a hijos y
nietos; madres solteras con uno o varios hijos bajo su
responsabilidad; mujeres casadas pero abandonadas por sus maridos,
separadas, divorciadas, que en soledad se enfrentan a la batalla de
dar salida a sus hijos con economías precarias; mujeres de escasos
recursos y que sobreviven gracias a la ayuda parroquial; mujeres
humilladas, verbalmente y físicamente, por sus propias parejas;
mujeres postradas por diversas enfermedades sin poder salir por las
calles de su querido barrio de Nazaret.
María,
en tus brazos, el niño Jesús. En el corazón te traigo a todos
los
niños,
que, sin duda, son la esperanza puesta delante de nuestros ojos. En
especial, esos niños, nerviosos e inquietos, de diversas
nacionalidades, atendidos, en el desamparo de tantas situaciones
negativas que les rodean: los malos tratos, el alcohol, la
drogadicción, la prostitución, el rechazo socio-cultural, la
precariedad económica, alimentaria…
-
Madre nuestra, portas una flor en tu mano. Estamos en Pascua; es
primavera, y nuestro corazón quiere tener espíritu “joven”;
“Rosa escogida” te rezamos en el rosario de cada día. Quisiera
traerte la
energía de los jóvenes
“nazarenos”,
tantas veces, resolutiva
y tantas veces, encerrada en su pequeño mundo. El futuro está por
construir. A
veces, no hay horizontes de sentido,
no hay esperanza. Te
pido por esos corazones, que no dejen de latir, a pesar de las
dificultades, y se orienten hacia el bien.
-
Salud
de los enfermos.
Por último, traigo en mi oración, a los hombres y mujeres de una
cierta edad “avanzada”.
Para ellos, te pedimos la salud, fuente de paz y agradecimiento. Te
presentamos a los enferm@s y a sus cuidadores.
-
Auxilio de los cristianos. Te pedimos la fe para todos nosotros.
-
Madre, es mucha la tarea encomendada en tu parroquia pero es más
nuestra confianza en ti ¡Amparadnos! ¡Que ampares les nostres cases
i ampares els nostres fills!
MADRE
-
¡Vixca la Mare de Deu! ¡Vixca la Mare dels nazarenos! ¡Vixca la
Mare dels bons valencians! ¡Vixca la Nostra Patrona!
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