Para aquellos que no pudísteis estar os comparto la acción de gracias de la Profesión y la hago extensiva a vosotros!: "Muchas veces había leído que la fe y la vocación son dones, regalos de Dios. Hoy lo siento profundamente. Vivo un regalo de Dios, y un regalo inmerecido, que no buscaba y que al principio me costó aceptar, y que ahora no puede hacerme más feliz. Es una gran paradoja: cuando digo que entrego la vida, Dios me la hace sentir más viva y llena que nunca. Y esto que es un regalo para mí, mi fe y mi vocación, deseo que también sea regalo para mi congregación redentorista y para La Iglesia, lo intentaré; y si alguna vez no me sale bien, me lo decís. Este regalo que yo vivo ¡es también vuestro! Si estamos hoy aquí Damián y yo es por vosotros, por el apoyo recibido de familiares, amigos, redentoristas y formadores, profesores y laicos, en general, que nos habéis apoyado y animado en muchas ocasiones. Nos consagramos a Dios y a vuestro servicio, ¡exigidnos, pero también cuidadnos y disfrutad con nosotros! Sabed que la pobreza se vive mejor si compartís con nosotros, la castidad si nos veis nerviosos y nos dais un abrazo, la obediencia mejora solo conque nos escuchéis. Esta tarde antes de profesar recordé cómo hace tiempo, en el noviciado, oraba un día en la capilla a Dios mirando la velita del Sagrario y le dije: "Hazme ser como esa vela, que mi vida arda y se consuma y se gaste señalando tu presencia, anunciándo que tú estás en medio de nosotros" Hoy, aquí, Dios me cumple esa oración y cada día que viva como redentorista me la seguirá cumpliendo. Gracias a todos".
miércoles, 21 de marzo de 2012
ACCIÓN DE GRACIAS PROFESIÓN VÍCTOR CHACON
Para aquellos que no pudísteis estar os comparto la acción de gracias de la Profesión y la hago extensiva a vosotros!: "Muchas veces había leído que la fe y la vocación son dones, regalos de Dios. Hoy lo siento profundamente. Vivo un regalo de Dios, y un regalo inmerecido, que no buscaba y que al principio me costó aceptar, y que ahora no puede hacerme más feliz. Es una gran paradoja: cuando digo que entrego la vida, Dios me la hace sentir más viva y llena que nunca. Y esto que es un regalo para mí, mi fe y mi vocación, deseo que también sea regalo para mi congregación redentorista y para La Iglesia, lo intentaré; y si alguna vez no me sale bien, me lo decís. Este regalo que yo vivo ¡es también vuestro! Si estamos hoy aquí Damián y yo es por vosotros, por el apoyo recibido de familiares, amigos, redentoristas y formadores, profesores y laicos, en general, que nos habéis apoyado y animado en muchas ocasiones. Nos consagramos a Dios y a vuestro servicio, ¡exigidnos, pero también cuidadnos y disfrutad con nosotros! Sabed que la pobreza se vive mejor si compartís con nosotros, la castidad si nos veis nerviosos y nos dais un abrazo, la obediencia mejora solo conque nos escuchéis. Esta tarde antes de profesar recordé cómo hace tiempo, en el noviciado, oraba un día en la capilla a Dios mirando la velita del Sagrario y le dije: "Hazme ser como esa vela, que mi vida arda y se consuma y se gaste señalando tu presencia, anunciándo que tú estás en medio de nosotros" Hoy, aquí, Dios me cumple esa oración y cada día que viva como redentorista me la seguirá cumpliendo. Gracias a todos".
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