Las desigualdades en el
desarrollo humano
Las
Una campaña para ayudar en
nuestro recorrido cuaresmal, dirigiendo nuestra mirada y nuestro corazón a los
que peor están, los que tienen más dificultades para llegar a tener vida y vida
en plenitud (Jn 10, 10), los más desfavorecidos, los últimos de los últimos.
Ellos son los preferidos de Dios, y también nuestros preferidos. No por ser
mejores ni peores que nadie, sino por estar en los últimos lugares. En la
medida en que ellos mejoren, mejorará el mundo en su conjunto.
- Por una parte, ampliar
nuestra visión del desarrollo humano, descubriendo su enorme riqueza y
complejidad, más allá de sus dimensiones materiales.
- Y, simultáneamente,
conocer quiénes son los que están en último lugar en esas otras dimensiones del
desarrollo humano. Iremos descubriendo así las desigualdades en el desarrollo
humano: cómo está distribuido y especialmente cómo afecta a los más
desfavorecidos. Y a la vez que constatamos esa evolución de los que peor están,
nos preguntaremos por qué en un mundo que globalmente progresa, los que están
en último lugar empeoran, intentando llegar a las causas que están provocando
este hecho.
La estadística es la ciencia que, si yo me como dos pollos y tú
ninguno, concluye que nos hemos comido
un pollo cada uno.
El
desarrollo de nuestras sociedades debe centrarse en cómo evolucionan los que
peor están, los más desfavorecidos. En la medida en que estos mejoran, la
sociedad en su conjunto lo hace, y en la medida en que estos empeoran,
empeoramos todos. (Enrique Lluch, Más allá del decrecimiento,
p. 74)
De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los
pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más
abandonados de la sociedad. (Papa Francisco, Evangelii Gaudium,
186)
Extraido de: http://40ultimos.org/
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