El pasado sábado 9 de noviembre, el grupo de
jóvenes y de confirmación de nuestra parroquia participó en el encuentro
diocesano de Luces en la Ciudad. Un total de 15 de nuestros chicos y chicas aceptaron
esta convocatoria juvenil que se celebra anualmente y que ya va por su décima
edición. Para algunos ya era su segunda vez, otros eran novatos; sin embargo,
para ninguno faltaron el asombro, la alegría y la fe, presentes en todo momento
en la dinámica que sólo los jóvenes pueden ofrecer. Prueba de esto es que todos
coinciden en una cosa: el año que viene repetirán.
La tarde comenzó con una presentación en forma de flash mob, que nos fue introduciendo en
el ambiente festivo: “Estamos aquí para disfrutar”. A continuación se dividió a
todos los participantes en grupos para compartir, con gente totalmente nueva,
la experiencia de la fe a través de juegos, dinámicas y reflexiones. El
objetivo se centró en ayudarles a identificar qué luces orientan y cuáles
ciegan en la vida.
Después, llegó el punto culminante con la
Eucaristía, un momento lleno de símbolos de unión y esperanza con un mensaje
muy claro: Debemos tener una fe viva, no muerta, porque nuestro Dios es un Dios
de vivos. La iglesia, decorada para la ocasión, se vio inundada por cientos de
jóvenes movidos por el amor a Dios y a los demás. Se podría decir que esta
celebración fue el colofón que recogía todo lo vivido a lo largo de la tarde:
Estamos llamados a ser luz en el mundo, nosotros somos los que podemos y
debemos llevar la luz de Cristo allá donde no llega.
¿Quién
mejor que nosotros para iluminar a otros jóvenes que buscan seguir a Jesús?
Por último, disfrutamos de una cena conjunta con
tintes solidarios. Nuestros jóvenes disfrutaron de un bonito momento, a la vez
que ayudaban a los más necesitados de Siria gracias a una pequeña aportación
económica a cambio de un bocadillo. En este tiempo distendido, se pudieron
observar los frutos de toda una tarde para el recuerdo: nuevas experiencias,
nuevos puntos de vista y nuevas amistades descubiertas gracias a la LUZ, a Jesús,
porque todos brillamos en este mundo, porque cada uno de nosotros somos una luz
en la ciudad.
Dejemos que sean ellos mismos los que hablen:
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Selena: “me gustó mucho
luces en la ciudad porque conocí a gente creyente de mi edad y hoy en día es
complicado. Me lo pase genial porque estuve con mis amigas Alejandra y Gema y
porque me reencontré con una buena amiga. Me hizo ver muchas cosas sobre ser
luz en los demás”.
Gema: “Para mí, luces en la ciudad es algo único, donde
aparte de hacer actividades entretenidas que nos ayudan a encontrarnos con
nosotros mismos, conocemos a gente maravillosa que puede cambiarte la vida y
ayudarte a ser mejor cada día. En luces en la ciudad no hay diferencias, sólo luz. Gracias a éste acto que lamentablemente
es anual (aunque quizás esto lo haga tan especial) me he dado cuenta de que yo
quiero ser luz para el mundo”.
Jaime: “Luces en la Ciudad me pareció una experiencia muy buena y positiva. Me gustó especialmente porque interactúas con gente nueva con tu misma fe. El año que viene repetiría sin dudarlo.”
Ahora sabemos que éstos y muchos otros jóvenes de nuestra parroquia están:
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